jueves, 22 de marzo de 2012

Gastronomia

Bélgica: Un país con una personalidad tan variada como interesante

Mucho más que cerveza y chocolate

Gastronomía en Bélgica ¿¡Quién nos iba a decir que el plato más tradicional y típico de Bélgica es algo tan español como los mejillones! Estos humildes y sabrosos moluscos son habituales en las cervecerías y restaurantes belgas, y siempre se presentan acompañados de patatas fritas, formando un maridaje tan sorprendente como exquisito. Pero no sólo encontraremos mejillones en los restaurantes de Bélgica, sino también muchos otros platos característicos que se suceden en las distintas ciudades. Por ejemplo, si pasamos por Gante podremos probar el delicioso waterzoi de pescado o pollo, un guiso muy fino con verduras y abundante caldo; en Lieja, los riñones y estupendas ensaladas... Además, el marisco es habitual en las mesas belgas, siendo algunos de sus representantes las gambas y los bígaros.

La carbonade o cabonada flamenca es también de rigo, siendo en Flandes casi el plato nacional. Se trata de un estofado de carne acompañado de bacon y aderezado con azúcar moreno, para luego ser guisado con cerveza. También suele llevar patatas fritas, y es realmente uno de los guisos más deliciosos que podamos degustar. Y no podemos marcharnos de Bélgica sin probar exquisiteces como las endivias gratinadas o rellenas, las croquetas de gamas o queso, los tomates también rellenos, el conejo fermentado a la cerveza, el stoemp o puré de patatas y verduras... Los quesos también son parte importante de la gastronomía del país, y se pueden encontrar hasta ochenta variedades distintas: Passendale, Postel, Wynendale, Loo y Oud-Brugge, entre muchos otros.

Por supuesto, también tenemos que hablar de la famosísima cerveza belga, la bebida emblemática del país. La hay de tantas variedades y orígenes, que habría que dedicarle un capítulo especial sólo para ella... Una de las más consumidas es la llamada lambic, que se prepara con cebada y trigo, así como la trappist; esta última variedad se elabora en diversos monasterios, como los de Westmalle y Orval. También encontraremos marcas autóctonas de las distintas regiones, como Stella Artois, Goulden Carolus, Kwak...

Y para rematar, recordar que la repostería belga es célebre por preparaciones tan ricas como los crujientes gofres o los crêpes, pero sobre todo por sus chocolates de renombre mundial. Y es que en Bélgica hay alrededor de quinientos tipos distintos de pralinés, nombre que corresponde a los bombones que se fabrican desde hace siglos en Bélgica. Un placer para los sentidos.
La cocina de este país está completamente influenciada por la tradición gastronómica francesa, aunque en realidad se basa en sofisticados platos de elaboración sencilla, generalmente servidos en grandes porciones y con muy alta calidad.


La gastronomía belga es una cocina un tanto cuanto similar a la de Francia, aunque tiempo tiene varias recetas destacadas, como los famosos mejillones al vapor, las carbonadas flamencas, a base de carne de ternera a la brasa y condimentada con diferentes hierbas aromáticas, además de asumir la costumbre de freír verduras, comenzando con las patatas.

Debido a que las tierras belgas son tradicionalmente ricas, el país ha podido producir distintas variedades de granos y verduras que han sido incorporados a sus recetas dándole a esta gastronomía elementos de alta calidad.  Como todas las cocinas importantes, la gastronomía de Bélgica se basa en la calidad de sus productos y en la creatividad a la hora de elaborar sus platos.

Las recetas típicas de esta zona están representados por el Stoemp, un plato de patatas y zanahoria, salsa de cebolla y salchichas; la ensalada Liegeoise, las famosas carbonadas flamencas elaboradas con carne de ternera a la brasa aderezada con diferentes hierbas aromáticas como laurel y tomillo, y acompañada de cebolla, azúcar, vinagre y salsa de cerveza, además de los mejillones y la sopa cremosa de rodaballo.

Con toda la variedad posible, la cocina belga puede sorprender por su particularidad de sabores tan diversos y sofisticados, envueltos en una sencillez abundante que mantiene un cierto vaho rupestre que se remonta a la época romana que llevó los sabores salvajes a un horno.

Sin embargo, parecería que lo más importante de esta cocina radica en la confitería, con una escuela de chocolatería en la que se incorporan hasta 500 variedades de bombones, siendo el chocolate belga es negro, sin leche, el de sabor más reconocido.

Por otro lado, en lo referente a las bebidas, la estrella es la cerveza, ya que tiene la particularidad de poder ofrecer una gran variedad de sabores, donde destacan las variedades pils Stella, Primus y Maes, de fermentación baja y sabor ligeramente amargo, además de la cerveza blanca y las cervezas trapenses. De hecho, podría sorprender el saber que ningún país europeo tiene más variedad de cervezas, chocolates y quesos que Bélgica.

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